GPU para los Fotogramas por Segundo

Fotogramas por Segundo

Como jugador, sabes que cada segundo cuenta. Por tal motivo, los fotogramas por segundo son indispensables a la hora de jugar cualquier tipo de videojuego.

Cuanto más rápido reacciones, más probabilidades tendrás de ganar. Pero, ¿has pensado en la importancia de los fotogramas por segundo (FPS)? En términos sencillos, los FPS miden el número de fotogramas por segundo que aparecen en pantalla. Cuanto más altos sean los FPS, más fluida será la experiencia de juego. 

Los FPS pueden influir enormemente en la experiencia de juego: desde movimientos más fluidos hasta menor retraso de entrada, unos FPS más altos pueden marcar una gran diferencia. Tanto los PC Gamer como las más recientes consolas de videojuegos, cuentan con una tasa alta de FPS.

¿Qué son los Fotogramas por segundo y cómo afectan a los juegos?

Los FPS son las siglas de Frames Per Second (fotogramas por segundo), y es una medida del número de veces que el motor del juego actualiza los gráficos que aparecen en la pantalla en un segundo. 

En otras palabras, es el número de imágenes o fotogramas que muestra tu pantalla por segundo. Cuanto mayor sea la tasa de fotogramas, más fluida será la experiencia de juego.

Los FPS más altos pueden marcar una gran diferencia en los juegos de ritmo rápido, sobre todo en los que requieren reflejos y tiempos de reacción rápidos. En juegos como los shooters en primera persona y los juegos de carreras, en los que cada milisegundo cuenta, unos FPS más altos pueden darte ventaja sobre tus oponentes. 

Ventajas de los FPS altos en los juegos

Jugar a FPS más altos tiene varias ventajas. Una de las más notables es una experiencia de juego más fluida. Con FPS más altos, los movimientos del juego resultan más naturales y las animaciones más realistas. Esto puede hacer que el juego sea más envolvente y agradable.

Otra ventaja importante de unos FPS más altos es la reducción del input lag. El retardo de entrada es el que se produce entre el momento en que se pulsa un botón del teclado o del mando y el momento en que la acción se refleja en la pantalla. 

Con FPS más altos, se reduce el retardo de entrada, lo que hace que el juego responda mejor y sea más fácil de jugar.

Por último, unos FPS más altos también pueden mejorar tu precisión en los juegos. Con FPS más altos, los movimientos de tus oponentes son más predecibles, lo que te facilita apuntar y disparar con precisión.

Fotogramas por segundo y hardware de juego

Para conseguir FPS más altos en los juegos, necesitas tener el hardware adecuado. El componente de hardware más importante que afecta a los FPS es la GPU o tarjeta gráfica. La GPU es responsable de renderizar los gráficos en la pantalla y tiene un impacto significativo en los FPS.

Monitor gamer para un mejor fotogramas por segundo
Por lo general, un buen monitor
permitirá una mayor tasa de FPS

Al elegir una tarjeta gráfica, debes tener en cuenta factores como la velocidad de reloj de la GPU, el ancho de banda de la memoria y el número de núcleos. Una mayor velocidad de reloj y un mayor número de núcleos permitirán a la GPU renderizar más fotogramas por segundo, lo que se traducirá en mayores FPS.

Otro componente de hardware importante que afecta a los FPS es la CPU o procesador. La CPU es responsable de procesar la lógica y la física del juego, y puede tener un impacto significativo en tus FPS. Una CPU más rápida puede ayudar al motor del juego a procesar la lógica y la física del juego más rápidamente, lo que se traduce en mayores FPS.

Cómo optimizar los ajustes de tu juego para conseguir mayores fotogramas por segundo

Hay varias formas de optimizar la configuración de tu juego para conseguir mayores FPS. Una de las formas más sencillas es reducir la configuración gráfica. Reducir la configuración de los gráficos reducirá la carga de trabajo de la GPU, lo que le permitirá renderizar más fotogramas por segundo.

También puedes desactivar funciones como el antialiasing, el desenfoque de movimiento y otros efectos de postprocesamiento. Estos efectos pueden tener un impacto significativo en tus FPS, y desactivarlos puede ayudarte a conseguir mayores FPS.

Otra forma de optimizar la configuración del juego es ajustar la resolución. Bajar la resolución reducirá la carga de trabajo de tu GPU, permitiéndote renderizar más fotogramas por segundo. Sin embargo, debes tener cuidado de no bajar demasiado la resolución, ya que esto puede dar lugar a una imagen borrosa y pixelada.

Por último, también puedes probar a overclockear la GPU y la CPU. El overclocking consiste en aumentar la velocidad de reloj de los componentes de hardware, lo que se traduce en un aumento de los FPS. Sin embargo, debes tener cuidado con el overclocking, ya que puede sobrecalentar los componentes y reducir su vida útil.

Conceptos erróneos sobre los FPS y los juegos

Existen varios conceptos erróneos sobre los FPS y los juegos. Uno de los más comunes es que a mayor FPS, mejor experiencia de juego. Aunque los FPS más altos pueden suponer una gran diferencia en los juegos de ritmo rápido, no necesariamente mejoran la experiencia de juego en los juegos de ritmo más lento.

Otro error común es creer que un monitor con mayor frecuencia de refresco siempre mejora la experiencia de juego. Aunque un monitor con mayor frecuencia de refresco puede mostrar más fotogramas por segundo, no necesariamente mejora la experiencia de juego si la GPU no puede renderizar suficientes fotogramas por segundo.

Los mejores ajustes de FPS para los juegos más populares

Cada juego tiene sus propios requisitos en cuanto a FPS. Por ejemplo, los juegos rápidos, como los shooters en primera persona, requieren más FPS, mientras que los juegos más lentos, como los de estrategia, requieren menos FPS.

Estos son algunos de los mejores ajustes de FPS para juegos populares:

  • Call of Duty: Warzone: 144 FPS
  • Fortnite: 144 FPS
  • Apex Legends: 144 FPS
  • Counter-Strike: Global Offensive: 300 FPS
  • League of Legends: 144 FPS
  • Dota 2: 144 FPS

A pesar de que las PC gamer y algunas computadoras portátiles puedan elevar los FPS a estos niveles, actualmente las consolas no llegan a más de 120 FPS. Por ejemplo, la PlayStation 5, la Xbox Series X y la Xbox Series S tienen un intervalo entre 60 FPS y 120 FPS en algunos juegos.

Por otro lado, la Nintendo Switch y la Nintendo Switch Lite quedan con unos 30 FPS fijos en todos sus juegos. Esto también ocurre con la PlayStation 4, aunque en juegos como Fortnite u Overwatch 2, esta última consola lo corre a 60 FPS.

Puntos de referencia y herramientas de prueba de FPS

Para comprobar tus FPS, puedes utilizar herramientas de evaluación comparativa y pruebas como FRAPS, MSI Afterburner y NVIDIA GeForce Experience. Estas herramientas te ayudarán a monitorizar tus FPS e identificar cualquier cuello de botella en tu hardware.

En conclusión, unos FPS más altos pueden mejorar mucho tu experiencia de juego. Puede hacer que el juego sea más envolvente, receptivo y agradable. 

Si optimizas la configuración del juego y actualizas el hardware, podrás conseguir FPS más altos y llevar tu experiencia de juego al siguiente nivel. Ya seas un jugador ocasional o competitivo, comprender la importancia de los FPS puede marcar una gran diferencia en tu experiencia de juego.

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